Augusto C. Ferrari fue considerado uno de los mejores pintores de panoramas por su eficacia descriptiva y su capacidad para la perspectiva. El artista trabajó con la velocidad de reportero, ocurrido el terremoto viajó a la ciudad de Messina para documentarse con fotografías y bocetos que luego utilizó para reproducir, en la tela de 15 metros de alto por 124 de largo, el desastre natural y sus víctimas. Fue expuesto en la ciudad de Torino en julio de 1910 y luego en Londres. Montado en un pabellón circular con un primer plano de escombros, las personas entraban por un largo pasillo oscuro y se emocionaban al encontrarse en la escena de la devastación.
En 1914, en representación de los propietarios del Panorama de Messina distrutta, Ferrari viajó para gestionar su exhibición en Buenos Aires, cuya población de inmigrantes había sido solidaria con las víctimas del terremoto de Sicilia y Regio Calabria. No tuvo suerte al respecto, sin embargo se instaló en Buenos Aires. Tenía 43 años y así comienza la historia que fundan sus descendientes para compartir su legado a través de la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo.
El archivo de la FALFAA cuenta con varias fotografías originales que realizó Augusto sobre sus 6 panoramas entre 1910 y 1928. Muchos años después, en 2003 León Ferrari escaneó a la máxima resolución posible para realizar las gigantografías sobre papel fotográfico en escala y montarlas de manera circular en la primer exhibición retrospectiva de su padre en el Centro Cultural Recoleta. En 2008 mejoró la resolución de los archivos digitales y los donó a la comuna de Messina en ocasión al centenario del terremoto. En el año 2018 se realizó por primera vez una exhibición y catálogo en la Acaddemia Albertina de Torino reconociendo la trayectoria de Augusto. En donde Gonzalo Moiguer, diseñador y programador de las páginas web de FALFAA, realiza la unión digital de cada imagen para poder visualizarlo en 360º en los anteojos para realidad virtual.
Hoy en día, en las visitas de los sábados a Taller Ferrari, ocasionalmente, es posible tener la experiencia de inmersión en el panorama de Messina distrutta a través de los anteojos virtuales. Dado que todos los panoramas están perdidos es una oportunidad para apreciar las dimensiones de éste tipo de obra.